ACTIVIDADES

XIII Jornadas de la NELcf

Argumento

Cortes e interpretaciones: la Escuela

La Escuela de Lacan introdujo una discontinuidad. El corte producido por su acto de fundación sobre el movimiento psicoanalítico fundado por Freud tuvo valor de interpretación, introduciendo un antes y un después: nunca más el psicoanálisis será el mismo ni su campo será hegemónico.

Lacan interpreta la deriva tomada por los posfreudianos y su llamado al retorno a Freud da cuenta del punto de quiebre de la aspiración progresista que animaba al movimiento. Progreso que, sin Freud y sus principios, desorientó los fundamentos propios del acto analítico. La orientación de Lacan consistió en poner sobre la mesa la inapelable responsabilidad del analista. "Que la responsabilidad de cada uno de ellos sea inapelable quiere decir que no le permite a nadie negarse a dar sus pruebas".[1] Si dirigimos el vórtice hacia la intensión, hacer efectiva la Escuela del pase apunta a que un sujeto pueda, si lo pide, ofrecer su caso y sus razones para "enriquecer con una contribución particular y original el dossier infinito de la pregunta ¿qué es un analista?",[2] cuestión central. Si dirigimos el vórtice hacia la extensión, se trata de una Escuela "cuyos miembros, en tanto que trabajadores decididos, sepan discutir a cielo abierto y dialogar con el público sobre lo que, de las consecuencias del descubrimiento del inconsciente, puede trasmitirse a todos".[3] Esta articulación topológica entre la intensión y la extensión sitúa a la Escuela en relación con sus nuevos partenaires: el Instituto, el Campo Freudiano.

Con Miller y su propio deseo puesto en acto, una nueva interpretación al movimiento psicoanalítico se produce y sacude el tablero. La creación de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) es la discontinuidad interpretativa que relanza un nuevo modo de concebir la reinvención del psicoanálisis. Se suma con ello la Escuela Una y otra forma topológica de lazo entre las siete Escuelas que constituyen la AMP, apostando con ello a poder calibrar la función de descompletamiento de cada una de las Escuelas, en aras de impedir cualquier deriva a la forma de asociación que extravíe lo propio de su función.

Nuestra Escuela, por su parte, ha vivido lo que nombramos "recomienzo": un corte y una interpretación a nuestro propio devenir en el movimiento psicoanalítico del Campo Freudiano. En el marco de este recomienzo la Escuela sujeto se volvió otra para sí misma en un movimiento de rectificación subjetiva con valor de acto. Hasta el propio nombre ha cambiado llamándonos ahora, de manera formal, Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano (NELcf), notación para nada menor en consecuencias, si sabemos asumirlas a fondo.

Una Escuela, entonces, que ha decidido tomar en serio la discontinuidad introducida por el recomienzo, configuró también un nuevo mapa teniendo en el horizonte lo que hemos designado "la extensión de la intensión", articulación fundamental para que el crecimiento lo sea en función de los fundamentos de la Escuela misma y sus lazos tanto con sus partenaires, Campo Freudiano e Instituto, como con la AMP y la Escuela Una.

La elección, decisión y consentimiento al pase así como su vitalidad en la AMP y, de manera reciente y fecundamente provocadora en la NELcf, constituyen la argamasa entre lo Uno y lo múltiple de nuestra Escuela en singular. El interés que se ha suscitado en el último tiempo sobre la función interpretativa de los AE en tanto analistas de la Escuela, tiene toda su actualidad y pertinencia en relación al tema de las Jornadas y al momento en que ellas se inscriben.

Hemos verificado que la NELcf como Escuela sujeto es una Escuela sensible a la interpretación y su discontinuidad haciendo lugar a lo nuevo, a lo desconocido. ¿Sabremos estar a la altura de alojar analíticamente lo real que fundamenta eso nuevo, para que lo nuevo no sea recubierto por el velo de lo mismo, con otras vestiduras? Estas Jornadas son una ocasión privilegiada para ponernos seriamente de frente a esta pregunta. Y una invitación a ponernos a la tarea de contrariar bien el semblante que encubre lo realmente nuevo, o el rostro superyoico de la exigencia de "lo nuevo". Consideramos que es el apasionante trabajo de nuestra Escuela consigo misma, en su hora. Que sirvan estas líneas para alentarnos hacia ello, de cara a nuestro encuentro de noviembre.

NOTAS

  1. Miller, J.-A., "La paradoja del psicoanalista", Cómo terminan los análisis, Grama, Buenos Aires, 2022, p. 96.
  2. Ibíd.
  3. Ibíd.