ACTIVIDADES

XIII Jornadas de la NELcf

Argumento

Cortes e interpretaciones en la práctica analítica

Las XIII Jornadas de la NELcf proponen trabajar "Cortes e interpretaciones", tema que está en el corazón del psicoanálisis, en su práctica clínica y en su teoría.

El discurso analítico da lugar a la interpretación sin tácticas estandarizadas, pero sí con orientaciones. La interpretación analítica es la práctica medular de la experiencia de un análisis en tanto se sostiene en la estructura del equívoco, posibilitando el surgimiento del malentendido. "Una interpretación cuyos efectos se comprenden no es una interpretación psicoanalítica. Basta haber sido analizado o ser analista para saberlo".[1]

Hasta el final de su enseñanza Lacan apunta a la interpretación y a sus alcances mediante la palabra. No obstante, se topa con un límite en la interpretación donde se verifica lo real y la cuestión se desplaza del plano de la verdad al plano del goce. Se propone, bajo esta clave de lectura, problematizar el estatuto de la interpretación, tal como se pone en marcha durante un recorrido analítico frente a lo imposible de decir: el corte, la alusión, la puntuación, la citación, la resonancia y el equívoco con sus particularidades homofónicas, gramaticales o lógicas. Asimismo, reflexionar sobre la interpretación como jaculación entre lo real y lo escrito.

Se trata de una propuesta que plantea la pregunta sobre el estatuto de cortes e interpretaciones, no sin la articulación al deseo del analista y a la dimensión del tiempo lógico en la sesión. En esa vía "…lo que hemos llamado la sesión corta, que Lacan ya había evocado en el primer comienzo de su enseñanza en otro contexto, podría ser la sesión del psicoanálisis líquido, aquel que no está ordenado por las formaciones del inconsciente, sino por los acontecimientos de goce".[2]

Hay un real ineludible, el goce perfora el cuerpo, lo desnaturaliza y traumatiza, se satisface e introduce un desorden en el cuerpo sexuado que queda afectado de manera permanente. Si el síntoma viene de lo real y prosigue por lo simbólico buscando sentido, es una apuesta para la interpretación el desabonar al sujeto de su pasión del significante y hacer resonar el cuerpo. Lo que resuena en el cuerpo es la producción del síntoma desde lo real y que es ineliminable.

El inconsciente testimonia de un real que le es propio, pero que es un real que se impone en la experiencia analítica. Son los dichos del analizante los que llevan a un real inherente al análisis. Es la repetición de un excedente de goce, inaccesible al lenguaje, de un goce ininteligible. El curso de la experiencia analítica muestra cómo el sujeto puede cernir ese real por una vía que no es el sentido y hacerse responsable de su goce singular.

La ultimísima enseñanza de Lacan, que toma su regla del nudo, desecha el desciframiento optando, más bien, por la vía del corte llevando a Lacan a plantear que la operación analítica debería ser elevada a "la dignidad de la cirugía".[3] Es así que, bajo estas coordenadas, también es afectado el estatuto de la interpretación y la concepción del final del análisis pues "…el psicoanálisis no es tanto la espera de la emergencia de una verdad sino la espera de una satisfacción que convenga…".[4]

NOTAS

  1. Lacan, J., "Respuestas a estudiantes de filosofía", Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 229.
  2. Miller, J.-A., Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015, pp. 216-217.
  3. Lacan, J., Seminario 25 "El momento de concluir", clase del 11 de abril de 1978, inédito.
  4. Miller, J.-A., op. cit., p. 249.